Las máquinas inundan nuestra vida cotidiana. Este año, durante las tardes de los lunes, hemos conocido mejor cómo se comunican gracias a la actividad extraescolar de robótica.
Comenzamos con grandes ideas sobre cómo podríamos diseñar una máquina útil. Las formas fueron diversas y sus fines sorprendentes, aunque, si leéis con atención veréis que todas tenían algo en común. Algunas de ellas inflaba globos con forma de corazón y los regalaba a las personas que veía tristes; otras disponían de multitud de brazos con los que poder colaborar en lo que se le pidiera y no faltó la máquina empática, capaz de poder sentir lo mismo que las personas con discapacidad a fin de ayudar.

¿Ya habéis descubierto su conexión?
Con nuestros diseños claros, seguimos investigando y nos preguntamos cómo podríamos hacer que las máquinas y los humanos se entendieran. Conocimos un lenguaje especial: el lenguaje computacional, dicho de otra manera, el lenguaje de las máquinas. Para esto nos convertimos en nuestras propias máquinas y seguimos las mismas órdenes que siguen ellas: avance, giro a la derecha, giro a la izquierda. Os preguntaréis … ¿ASÍ DE SENCILLO?, pues… ¡NO! Cody & Roby – Code INTEF



Ahora ya estábamos conectadas con las máquinas: sabíamos qué queríamos y cómo hacer que nos entendieran, pero, ahora había que construirlas así que nos pusimos piezas a la obra.
Ya lo teníamos todo muy claro, pero algo faltaba porque nuestras construcciones estaban todavía muy lejos de poder entender lo que queríamos de ellas, así que comenzamos a trabajar con los ordenadores en la sala de informática.
Nos unimos a “Code.org® que es una organización sin ánimo de lucro dedicada a ampliar el acceso a las ciencias de la computación en las escuelas y aumentar la participación de las mujeres jóvenes y estudiantes de otros grupos no suficientemente representados”. Esta organización, como dice en su propia historia, se fundamenta en la idea siguiente: “Creemos que la educación de calidad en ciencias de la computación debe estar disponible para todos los niños, y no solo para unos pocos afortunados” https://code.org/international/about
En este entorno de robótica educativa, profundizamos en algunas de medidas de seguridad que debemos tener presentes cuando navegamos por internet. También practicamos, adaptándola a la edad, una técnica muy sencilla que debemos seguir siempre que nos ponemos frente a la pantalla de ordenadores, tabletas o móviles, la regla del “20”:
- Descansa de la pantalla cada 20 minutos. Desconéctala si es necesario.
- Mira fuera de la pantalla, tratando de enfocar tu vista, a una distancia de seis metros aproximadamente. Hazlo durante 20 segundos.
- Parpadea 20 veces seguidas, sin prisa, hidrata bien tus ojos.
Estira tu brazo y sigue con tu mirada uno de tus dedos mientras lo mueves a un lado, al otro, arriba y abajo. Hazlo durante 20 segundos.
Con un plan de estudio personalizado y con la idea firme de desarrollar el pensamiento computacional en un entorno controlado y seguro, aprendimos a crear el código necesario para comunicarnos con los distintos personajes que aparecían en pantalla. Recogimos basura espacial con BB-8. Recolectamos mazorcas y conseguimos diamantes con Laurel y resolvimos enigmas como el del Artista.
Lograr entender los bloques no fue una tarea fácil, pero gracias a todo el esfuerzo y perseverancia conocemos un lenguaje nuevo con el que poder construir secuencias; somos capaces de desmenuzar problemas en pequeñas partes para poder llegar a una solución; desarrollamos la curiosidad y la capacidad de investigación y sobre todo hemos potenciado la creatividad “aprende haciendo y divirtiéndote”.
¡Aquí os dejamos un mensaje en nuestro nuevo lenguaje!…
