“Padre, guárdalo en tu nombre que me has dado, para que sean uno, así como nosotros lo somos”
(Jn 17,21)
Comenzamos un nuevo curso llenas de ilusión y con un montón de ganas de acompañar a nuestras alumnas en su crecimiento personal, académico, cultural, afectivo, espiritual… con el mismo cariño, dedicación, responsabilidad y esfuerzo que empleamos siempre.

Como cada año, hemos elegido un lema que nos acompañará durante toda esta aventura, con el propósito y el gran deseo de formar entre todos una gran familia/comunidad educativa.
Curiosamente, este deseo: ¡QUE TODOS SEAN UNO! nos acerca al maravilloso mundo de las matemáticas y eso como profes nos encanta…
Nos habla de un todo y a la vez de unidad. Ambos relacionados por un amor infinito: el que Dios nos tiene a todos y cada uno de nosotros.
Un amor que se reparte, que siempre suma, que nunca divide y que multiplica nuestros frutos, envueltos de la felicidad más profunda al compartirla con el prójimo, esforzándonos y haciendo el bien en nuestro día a día.

Un amor que solo se hace posible restando egoísmos, malas palabras, miedos, injusticias…
Un TODO que nunca se rompe, en el que todos cuentan y que comparte un lenguaje sagrado cuya primera y última Palabra es la de Dios mismo.


Estas incógnitas podemos relacionarlas con momentos del curso en el que no veamos las cosas claras, situaciones que nos turben, tareas duras o problemas en los que nos cueste encontrar la solución…
Y en medio de estas situaciones sentir y saber firmemente que detrás de todo hay una Persona visible a los ojos del corazón que nos ama incondicionalmente y nunca nos deja.

Estas incógnitas podemos relacionarlas con momentos del curso en el que no veamos las cosas claras, situaciones que nos turben, tareas duras o problemas en los que nos cueste encontrar la solución…
Y en medio de estas situaciones sentir y saber firmemente que detrás de todo hay una Persona visible a los ojos del corazón que nos ama incondicionalmente y nunca nos deja.
Y teniendo esto presente, nos hemos propuesto hacer una invitación a todos y cada uno de los miembros de la comunidad educativa diciéndolos uno a uno: ¡Hazlo posible, regálate!.
Que cada cual, con todo lo que aporta su persona, sume para que Todos seamos uno, partiendo de que somos un regalo perfecto para los demás.


Para terminar, queremos compartir y anunciar que hemos cambiado el logo del colegio. Una huella que queremos dejar en las vidas de nuestras alumnas, que nos representa como una comunidad educativa que abraza, que acoge desde el cariño, la ilusión y el amor más profundo hacia Dios y el prójimo que se unen en un solo corazón.
