Comenzamos el curso, el jueves 7 de septiembre. El primer día de clase es un momento lleno de emoción y expectativas, tanto para las niñas como para las familias. Estábamos a punto de embarcarnos en un viaje educativo lleno de aprendizaje e ilusión, pero también un inicio lleno de dudas, miedos e incertidumbre. Desde el colegio estábamos expectantes de recibir a este nuevo grupo de alumnas, queriendo ofrecer una acogida acorde a sus necesidades.
La escolarización es más que aprender Matemáticas y Lengua. Es el comienzo de una exploración en el mundo del conocimiento y el descubrimiento personal, un aprendizaje continuo que les hará conseguir todos sus sueños.
El grupo de 1.º de Educación Infantil está formado por 13 alumnas, todas ellas especiales y únicas. Únicas para sus familias, pero también únicas para las maestras. Porque esta idea es un pilar clave de nuestra educación: “Educar a la persona y buscar su máximo desarrollo dentro de sus puntos fuertes y necesidades”.
Este mes de septiembre e inicio de octubre no han sido fáciles para todas. Algunas han llorado, nos ha costado cumplir con las normas y rutinas, gestionar los conflictos, hacer las cosas por nosotras mismas,… pero para eso venimos al colegio también. Para aprender a relacionarnos, a ser más autónomas, aprender a gestionar las emociones,… y un sinfín de cosas más. Por eso, os pedimos a las familias, comprensión y apoyo en los momentos difíciles porque nosotros somos sus modelos y de nosotros, aprenden.
Aunque este primer mes no ha sido fácil para algunas, sí que estoy segura de que este mes y medio ha sido muy especial para todas. Estos días han dado para mucho, hemos conocido el colegio, las maestras, las compañeras, las Hermanas… y hemos aprendido muchas cosas. Si nos vieseis por un agujerito, no parecemos la clase del primer día, hemos crecido un poco todas de repente. Ya somos capaces de salir en fila, de ponernos el abrigo o el baby, de colgar nuestras mochilas, de pedir las cosas por favor, de pedir perdón cuando nos equivocamos…
Por otro lado, también hemos aprendido canciones nuevas, poesías, rimas con movimiento, hemos leído muchos cuentos, jugado, pintado,… hemos bailado, reído y estamos aprendiendo a ser un equipo, y como dice la profe a “tratarnos bien”.
Nos queda mucho curso y muchas cosas por aprender, pero ya vamos sintiendo que el cole es nuestra segunda casa y en él nos sentimos seguras, queridas y respetadas.
Para terminar, queremos aprovechar para daros las gracias a las familias por confiar en el colegio La Inmaculada Concepción para la educación escolar de vuestras hijas.
