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Y tú, ¿cómo te llamas?

Este trimestre, en primero de Educación Infantil, hemos iniciado un proyecto denominado: Y tú, ¿cómo te llamas? Profundizamos en el conocimiento de nuestro nombre, puesto que no puede haber nada más significativo y motivador para un primer acercamiento a la lecto-escritura que el propio nombre. Es lo que nos distingue del resto, nos identifica y nos genera un sentimiento de pertenencia a nuestro grupo-clase, nuestra familia y el entorno en general.

Es muy importante que los niños, desde edades tempranas, entren en contacto con el nombre, descubran sus características y aprendan a reconocerlo para que, posteriormente sean capaces de iniciarse en la escritura del mismo, pero para llegar a este último paso, que es el de mayor complejidad, es necesario realizar previamente una serie de actividades que nos ayuden a identificarlo, como paso previo a su transcripción.

Desde el primer día que acuden al centro, descubren su nombre al verlo reflejado en distintos lugares del aula: su percha, casillero, trabajos… Normalmente aparece escrito en mayúscula y asociado a una imagen, ya sea su foto o un dibujo sencillo que se mantiene todo el curso para facilitarles así su identificación, pero este primer acercamiento necesita de un trabajo específico que es el que hemos comenzado a realizar el presente trimestre.

ACTIVIDADES PARA RECONOCER EL PROPIO NOMBRE

En el momento de la asamblea, cada mañana mostramos los nombres a modo de “bits de inteligencia“ introduciéndoles así en la lectoescritura a partir del reconocimiento e identificación global de su nombre y el de sus compañeras. Tenemos en cuenta que cada nombre es distinto: contamos el número de letras que tienen, pronunciamos sus sonidos…

Dentro de nuestra rutina diaria, también contamos con una “responsable del día”, que debe colocar la tarjeta con su nombre en un lugar visible en la pizarra.

En ocasiones, realizamos una serie de juegos breves con el objetivo de familiarizarse con su nombre y el de las demás: dejamos los nombres en las mesas y cada una debe coger el suyo, escribimos el nombre en la pizarra e intentamos que reconozcan a quién pertenece… Estos momentos constituyen una gran oportunidad para motivar al alumnado, facilitando la participación y potenciando su capacidad de expresión.

Otra actividad que nos ha resultado muy divertida ha sido el juego con la aplicación “Kahoot” en el que teníamos que adivinar el nombre de la niña cuya imagen aparecía en la pizarra digital.

ACTIVIDADES PARA RECONOCER LA INICIAL Y LETRAS QUE LO FORMAN

Las actividades plásticas y manipulativas adquieren gran importancia, ya que les permiten tomar conciencia de los aprendizajes de una manera más vivencial a la vez que mejoran sus destrezas y desarrollan su motricidad fina, por ello estamos realizando numerosas actividades en este sentido.

  • Trazamos la inicial de nuestro nombre en una bandeja sensorial.
  • Pegamos gomets sobre la letra inicial de nuestro nombre en una ficha.
  • Realizamos el nombre con plastilina.
  • Con acuarela, realizamos una “actividad mágica”. Sobre un folio en el que previamente el docente ha escrito el nombre de cada uno con cera blanca, les invitamos a que pinten y de manera sorprendente aparece su nombre.

DISCRIMINACIÓN VISUAL Y AUDITIVA DE LAS VOCALES

Con nuestra “lupa de investigadoras”, descubrimos las vocales que tienen cada uno de nuestros nombres y verbalizamos su sonido, observamos cuántas y cuáles son, si están repetidas o cuáles nos faltan. También hemos descubierto que todos los nombres contienen vocales.

ORDENAMOS LAS LETRAS QUE LO FORMAN

Ayudándonos de distintos materiales (tarjetas, tapones, pinzas…) en los que aparecen las letras que lo componen, intentamos ordenar las letras para construir nuestro nombre.

ESCRIBO MI NOMBRE

Tras haber conseguido los objetivos anteriores, pasaremos a escribir el nombre, primero con un modelo delante, a modo de copia y finalmente de manera autónoma.

Todo este proceso que hemos reflejado aquí es fruto de un trabajo continuo y sistemático, en el que aportando recursos y materiales variados, van asimilando y ampliando sus conocimientos respecto a su propio nombre y el de sus compañeras, pero no podemos olvidar que como todo proceso de aprendizaje, es fundamental respetar siempre la madurez y el ritmo evolutivo de cada alumno, tan distinto en estas edades.